Naturaleza, café, museo o antro: 4 lugares para perderte bonito en CDMX (según tu mood existencial)

Hay días en los que tu cuerpo quiere moverse, pero tu mente no coopera. Otros donde quieres hablar con alguien... pero nadie. O días donde solo quieres ver algo bonito, comer algo rico o apagar el mundo..

No importa si necesitas silencio, música o un buen pan. Aquí hay un lugar para cada parte de ti que quiere salir sin explicaciones.

 Si tu cuerpo necesita naturaleza

Parque de los Venados – Portales Amplio, tranquilo y lleno de verde. Hay espacio para caminar, sentarte con un café, o ver a las familias con sus perros. Es bonito, público, y no necesitas auto para llegar. Tiene la suficiente vida sin agobiarte.

Dirección: Av. División del Norte s/n, Col. Portales, Benito Juárez, CDMX

Horario: Acceso libre todos los días.

Si necesitas que alguien más te prepare algo bonito

Cafebrería El Péndulo – Roma Norte Sube las escaleras, agarra un libro, o solo pide algo caliente y siéntate. Aquí todo huele a calma y croissants. Perfecto para cuando quieres compañía sin hablar.

Dirección: Av. Álvaro Obregón 86, Roma Nte., Cuauhtémoc, CDMX Horario: Lunes a domingo de 8:00 a.m. a 10:00 p.m.

¿Buscas algo más artístico?

Kiosco Morisco – Santa María la Ribera Uno de los lugares más fotogénicos de la ciudad. Ideal para sentarte, leer o simplemente admirar la arquitectura. Además, hay comida rica y barata alrededor.

Museo del Juguete Antiguo México – Doctores Si quieres algo más curioso y fuera de lo común, este museo es un viaje al pasado lleno de nostalgia y rarezas. Entrada accesible y muy instagrameable.

Si tu cuerpo pide reguetón, aunque tu mente no tenga ganas

📍Departamento – Juárez Un lugar pequeño pero con ambiente seguro, luces bonitas, buenos tragos y excelente selección musical. Agradable sin ser pretencioso. Perfecto si quieres bailar sin drama.

Dirección: Av. Chapultepec 61, Col. Juárez, Cuauhtémoc, CDMX Horario: Miércoles a sábado de 8:00 p.m. a 2:00 a.m.

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Despierta sin plan, elige según tu mood, y sal sin culpa. Tu ciudad tiene rincones que te entienden incluso cuando tú no sabes qué sientes.

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